¿UN TRADUCTOR JURADO DEBE CONSERVAR O CORREGIR LOS ERRORES EN EL DOCUMENTO ORIGINAL?

La traducción jurada (también llamada, según el país, traducción pública, traducción oficial o traducción certificada) es la traducción de documentos oficiales, realizada por un traductor también reconocido por una instancia oficial y llamado, por esa razón, perito traductor o traductor certificado o traductor jurado, entre otras denominaciones. 1

Uno de los desafíos a la hora de hacer una traducción jurada es mantener el formateo de los documentos. En muchas ocasiones el texto a traducir suele ser en formularios con múltiples casillas, en letras muy pequeñas, con notas al pie o etiquetas o símbolos de referencia, así como las marcas de agua y timbres en hojas de papel membretado.

Como una de las características del traductor jurado o certificado es mantenerse fiel al original, debe reflejar con la mayor precisión posible todas las características del diseño del documento original. Ahora bien, si el diseño del documento es demasiado complicado, puede el traductor optar por hacerlo lo más similar posible pues la normativa no lo exige.

De ser posible lo ideal es maquetar el documento de manera tal, que sea lo más parecido visualmente al original. Fíjate bien, hablamos de las características y no detalles del documento original pues la traducción no será “mejor” o “peor” por respetar o no respetar el formato, ya que lo que importa es la claridad y la correcta traducción.

Si el traductor profesional jurado cuenta con las herramientas tecnológicas como para reproducir un formato con el más mínimo detalle como el original, ¡fantástico! Es mejor aún, pero no hacerlo no significa que sea un error, la norma no lo contempla. Sin embargo, y en el caso de no reproducirse un formato idéntico, si es importante ser descriptivo, es decir, describir un logo, un código de barras, un listón, etc que pueda aparecer en el documento original indicando su posición.

La traducción jurada se diferencia de una traducción normal, ya que en la traducción jurada obligatoriamente se debe reflejar el documento original desde el cual traduce de la manera más fidedigna posible, intentando plasmar incluso ambigüedades, dudas que se planteen el original o incluso los errores que contiene.

Cuando se trabaja una traducción normal, si se encuentra un error, el traductor puede comunicarlo al cliente para que lo corrija o incluso tiene la libertad de corregirlo en la traducción.

En la traducción jurada esto no es posible. Desde el momento que la traducción puede dar lugar a efectos legales, el profesional que traduce, sella y firma tiene la responsabilidad de intentar reflejar todo tal cual como está en el original.

¿Qué hacer entonces cuando encontramos errores en el documento original? Lo primero es identificar el “error”. No es lo mismo un error ortográfico (“price” en inglés, en lugar de “prize”), que probablemente se entienda perfectamente igual y no quepan dudas sobre su significado, que cuando encontremos un error un cero de más o de menos al hablar de un precio en un contrato, por ejemplo. Evidentemente existe un error que puede afectar el contenido muy seriamente.

En estos casos lo mejor es que cuando de errores tipográficos u ortográficos se trate, estos deberán ser descritos y no corregidos.

En un caso un poco dudoso, en donde parte del texto no sea legible, se debe hacer la descripción como tal y se podría añadir una nota de traductor al pie de página indicando el error fundamentando  que la única posible interpretación según el contexto es la de la traducción proporcionada, pero este recurso no es útil si tenemos que traducir, por ejemplo, documentos notariales ya que los notarios  suelen cometer algún que otro “error de dedo” dejando en sus documentos enmiendas o fe de erratas que suelen entenderse perfectamente. No es lo mismo decir, por ejemplo: “el disparo” que decir: “él disparó”. No podemos pasarlo por alto, por lo que sí es muy necesario indicarlo, podemos añadir una nota al pie indicando nuestra interpretación.

Lo mismo si aparecen errores en el documento original con números, entre los cuales podemos nombrar las enumeraciones, ya que en muchos originales suelen repetirse números o no se sigue el orden, y los traductores jurados debemos traducirlo respetando dicho error y, como mucho, si fuera necesario, indicando los detalles en una nota al pie.

Para no cometer errores, cuando de abreviaturas se trate, estas se explicitarán en la lengua de destino, sin utilizar una abreviatura equivalente.

¿Y que hay cuando hay partes del texto y el traductor no conoce esa lengua? ¡Estos nunca se traducen! Si el traductor jurado no está habilitado para traducir en ese idioma por desconocimiento del mismo o no está acreditado para hacerlo, lo que se hace es trascribir dicho texto tal cual, en el idioma en que está redactado y únicamente hacer una nota explicativa.

¿Y las horas o fechas? Estas se transcribirán utilizando el formato común en el país de destino.

A modo de concluir entonces, podemos decir que la labor del traductor jurado o certificado es muy seria, implica mucha responsabilidad como podemos ver la cual puede repercutir en el campo legal.

En su calidad como tal, el traductor jurado da fe de que la traducción que ha realizado es fiel al original (incluyendo los errores) pues de enmendar esos “errores” las repercusiones legales pueden ser serias.

Lo mejor es que cuando el error en cuestión llega a tanto como alterar o cambiar el sentido del documento, y siendo que el traductor no puede corregirlo en el original, en este caso se puede usar la palabra latina sic erat scriptum”, en español, “así fue escrito”. De esa manera indica que el traductor se ha dado cuenta de dicho error, pero tratándose de una traducción jurada se ve imposibilitado de corregirlo.

Como se ha recalcado en innumerables ocasiones, si necesitas los servicios de traducción jurada, no lo confíes a cualquiera, busca los servicios de un traductor profesional o de una agencia de traducción. Son ellos quienes podrán saber cómo manejar estos “errores” y hacer que tu documento surta los efectos legales deseados a precios accesibles.

 

 

 

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